Durante su intervención en la movilización, “Un pacto por la paz urbana”,
realizada este sábado en Medellín, el mandatario lanzó una fuerte advertencia
contra la influencia de las mafias en las instituciones judiciales y de
seguridad del país, y pidió a las autoridades de Antioquia dejar de
obstaculizar los esfuerzos de paz.
“Por eso necesitamos justicia libre y no justicia supeditada ni al
crimen ni a la política, que muchas veces es política criminal”, afirmó el jefe
de Estado, al tiempo que exigió a la fuerza pública no rendirse ante el poder
del narcotráfico. “Le he dicho a la Policía y al Ejército: no más oficiales
arrodillados al dinero de la mafia”.
Según el mandatario, el país ya no vive un conflicto ideológico entre
una guerrilla socialista y una oligarquía estatal. “Eso se acabó en Colombia
hace tiempos”, dijo. Lo que existe hoy —insistió— es una guerra de mafias
por el control de las rutas del narcotráfico, los sitios de producción y los
puertos. “También dominan nuestros barrios populares porque la juventud
excluida termina sirviéndole a este poder de la muerte”.
El presidente también cuestionó a los fiscales del departamento: “Les
pido que me ayuden a construir la paz de Antioquia, y no a hundirla en la
violencia permanente en la que ha vivido durante décadas”.
Petro destacó que Medellín estaba a punto de alcanzar una tasa de
homicidios menor a 10 por cada 100.000 habitantes, un hito internacional que
—según dijo— no logró consolidar Bogotá. “Casi pudo, pero se está devolviendo”,
afirmó, y sostuvo que Medellín podría ser la primera capital del país en salir
de la violencia, seguida por Pasto o Tunja.
Sin embargo, criticó la destrucción de programas sociales en Bogotá que,
a su juicio, han vuelto a excluir a la juventud. “Aquí hay que incluir”, dijo,
mientras se despedía entre la lluvia que caía en la capital de la montaña.
Paramilitarismo, mafias y silencio institucional
Nombró al fallecido fiscal Gregorio Oviedo, quien investigó las finanzas
del paramilitarismo y descubrió una red de financiación por parte de grandes
empresarios, no de gente humilde. “A esos fiscales los mataron, también a
investigadores del CTI. El único que sobrevivió fue Gregorio, que acaba de
morir”.
El mandatario denunció que a esos funcionarios valientes los
reemplazaron otros que no se atrevieron a seguir investigando. “Se intentó
revivir la gobernanza paramilitar, y vino el cartel de la toga. Se acabaron las
investigaciones y aparecieron los magistrados corruptos. Volvió el terror y la
muerte, ahora con mafias multinacionales más poderosas que las de Pablo
Escobar. Solo que ya no viven en Medellín, ni en Cali, ni en Bogotá”.
El modelo urbano y la estratificación
El mandatario en su intervención también aprovechó para cuestionar el
modelo urbanístico de Medellín, que calificó como una falsa modernidad. “Se ha
creído en una urbanización de vanguardia que no lo es”, dijo, y comparó con lo
que vivió en Europa: “Allá los pocos pobres que existen viven donde viven los
ricos. Sus edificios son iguales”.
Insistió en la necesidad de acabar con la estratificación por castas que
persiste en Colombia. “Son castas infranqueables. No son clases sociales, son
castas. Y eso termina afectando incluso el amor. El joven pobre quiere
regalarle un celular a su novia que vale siete millones, porque lo ve en
televisión, pero no tiene cómo. Entonces lo roba. Lo descubrí en Bogotá siendo
alcalde. Es un problema social, de exclusión”.
Se dirigió directamente a la actual directora de Planeación Nacional,
presente en el evento: “Te toca la misión de acabar con los estratos”, dijo.
(Fin/cpq)
Fuente: Prensa presidencia de Colombia.
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