El presidente de la república Gustavo Petro, y la vicepresidenta Francia
Márquez encabezaron la ceremonia de los 206 años de la Batalla de Boyacá que le
dio la Independencia a Colombia. En esa ceremonia el jefe del estado se refirió
a la situación social que se presenta en
territorio boyacense, y anunció que será en ese departamento donde se inicie
“un camino de reconvención hacia la agricultura, hacia la agroindustria, hacia
la producción, incluso a transformar al dueño de una mina, un título minero de
carbón, a sus trabajadores y propietarios, a que se conviertan en
cooperativistas de granjas solares".
Manifestó que, en este, como en cualquier otro caso, “el conflicto
social nunca hay que verlo inamistosamente sino, al contrario, como la
posibilidad del desarrollo de una sociedad hacia adelante, si el diálogo está
primero que cualquier cosa".
Comparó al campesinado en el páramo con el de selva y añadió: “tienen una causa común que esta sociedad tiene
que resolver: terrenos donde es difícil cultivar, donde no están las tierras
fértiles. Indudablemente, no hay tierras fértiles ni en el páramo, e
indudablemente, tampoco, hay tierras fértiles en la selva".
En ambos casos, dijo, “esos dos campesinados, que por generaciones en
la historia de la República se han venido ubicando en páramos o en la selva,
son el producto de la ausencia en la historia de Colombia de una reforma
agraria".
Consideró que esta situación ha generado falta de desarrollo, porque “el campesinado no fue tenido en cuenta para que en tierra fértil cultivara alimentos. Ahora ese campesinado está en los páramos, hay una cultura paramuna. Al cabo de las generaciones se construyó una cultura paramuna, difícil, y al cabo de las generaciones también se construyó una cultura que llamaré amazónica, difícil también".
Sin embargo, expresó que esta población “no puede ser golpeada. No puede
llegar un gobierno cualquiera y decir, se van, se van porque hay que cuidar la
selva, se van porque hay que cuidar el páramo".
Los mineros ancestrales
En cuento a los mineros ancestrales de carbón, indicó que “debe haber
una solución para el empresario y el trabajador carbonero, dado que el mundo no
va a usar más carbón. Hay que abrir un camino de reconvención, transitar de un
mundo que se apaga y hay que despejar. Ese es el camino que en Boyacá se debe
discutir."
Planteó un mundo donde se pueda transitar hacia una nueva forma de
producción, que el país se convierta en potencia mundial de energía limpias,
aprovechando que “si Colombia tiene sol, pues debe tener energía solar.
Colombia tiene agua, pues debe tener energía hídrica. Colombia tiene vientos,
entonces, debe tener energía eólica. Colombia tiene volcanes, entonces, debe
tener energía volcánica".
También propuso la creación de una mesa con los mineros “que están en el
lodo, en el barro, tratando de conseguir una pepita a ver si pueden comer, para
ver cómo se democratiza la explotación de las minas de esmeraldas en Colombia.
Todo el mundo debe caber en el occidente de Boyacá".
Estas personas, subrayó, “deben tener oportunidad sobre una riqueza que
es de la nación. Hay que lograr un pacto que permita que no sean los
extranjeros los que se lleven las esmeraldas gratis, sino que sea la
colombianidad que habita en esas regiones".
(Fin/gaj/jgp)
Fuente: Oficina de prensa Presidencia de Colombia.
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